Esta semana no he podido casi entrenar. A los lunes y martes que paré por cansancio, por cierto me vino muy bien porque en realidad creo que estaba incubando una gripe y la conseguí parar (mi Mari sí que la ha cogido) , tengo que sumar ayer miércoles que, aunque salí a correr al amanecer por la tarde no pude ir al gimnasio por problemas familiares.

Hoy jueves todavía no sé si podré entrenar por la tarde, estoy pendiente de una llamada de la agencia de viajes para preparar las vacaciones osea que tendré que esperar hasta el último momento.

La verdad es que se me está haciendo un poco duro lo del gimnasio más el correr porque tengo los horarios muy ajustados y con los niños no se puede hacer más. Además hoy han empezado sus vacaciones por lo que habrá que dedicarles un poco más de tiempo. De todas formas al gimnasio pensaba acudir junio, julio y agosto, pero lo dejaré sólo en los dos primeros porque me estoy dando cuenta que ya no soporto estar en un recinto cerrado, sudando a mares por la poca ventilación y pesa para arriba, pesa para abajo. Es de lo más monótono.

Qué ganas tengo de coger las vacaciones, lo más probable es que vuelva al mismo sitio del año pasado, estube en Maspalomas y fue de lo más relajante, todo el día tirado en la piscina con mi Mari y los niños y lo mejor era cuando por la mañana me iba la playa y veía el amanecer corriendo por las dunas. Todo un lujo.

PD: En la foto de arriba podéis ver el faro que era la referencia de mis trotes matutinos, llegaba hasta él, lo tocaba y de vuelta al hotel por el mismo camino.